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martes, 13 de mayo de 2025

Medir el Cosmos con una regla y un compás (II): Aristarco

Cuando un griego midió el cielo a ojo… y casi acertó

En una época sin telescopios, sin satélites y sí, sin Google Maps, un griego se plantó bajo el cielo armado con un compás, un poco de geometría y mucha audacia. Se llamaba Aristarco de Samos y vivió en el siglo III antes de nuestra era. Y aunque hoy no lo sepa casi nadie, fue el primero que se atrevió a calcular el tamaño y la distancia del Sol y de la Luna... y a decir, ¡siglos antes de Copérnico! que la Tierra gira alrededor del Sol.

¿Y cómo lo hizo? Con una idea brillante y unos cálculos que hoy diríamos “a ojo”… pero un ojo entrenado en ciencia, que ya quisiéramos muchos.

Midiendo ángulos con la Luna a medio gas

Imagina que es de noche y ves la Luna en cuarto creciente, la mitad iluminada y la mitad en sombra. Ese momento no solo es bonito: es una gran oportunidad geométrica. Si la mitad de la Luna está iluminada, eso significa que la línea que separa luz y sombra —el terminador— está justo perpendicular a la dirección al Sol. Es decir, el ángulo en la Luna, entre el Sol y la Tierra, es de 90°.

Aristarco comprendió que, si en ese momento podía medir el ángulo entre el Sol y la Luna en el cielo (visto desde la Tierra), podía construir un triángulo rectángulo con vértices en la Tierra, la Luna y el Sol. Con un poco de trigonometría (lo que hoy llamaríamos una tangente), la relación entre las distancias queda determinada.

Aristarco intentó medir el ángulo α para determinar completamente el triángulo entre los tres astros y así poder deducir las distancias relativas del Sol y Luna hasta la Tierra

Él midió —a ojo, sin instrumentos ópticos— un ángulo α de unos 87°, lo que implica que el Sol está unas 20 veces más lejos que la Luna. La cifra real es unas 400 veces, pero no perdamos la perspectiva: ¡medir un ángulo en el cielo, a simple vista, con solo una regla y compás, es un logro impresionante! Más aún si ahora sabemos que el ángulo real es de 89,85°, casi imposible de distinguir a simple vista de un ángulo recto.

El tamaño de la Luna y el Sol: comparando sombras

Con ese dato de las distancias, Aristarco pasó al siguiente paso lógico: calcular los tamaños relativos. Ya sabía que la Luna y el Sol se ven del mismo tamaño aparente (ambos cubren unos 0,5 grados en el cielo), así que si uno está 20 veces más lejos, debe ser unas 20 veces más grande.

En un Eclipse Solar se aprecia con claridad que los diámetros aparentes de Sol y Luna, vistos desde la Tierra son casi iguales

Pero además, hizo otro razonamiento: observó los eclipses lunares y dedujo que, cuando la Tierra proyecta su sombra sobre la Luna, podemos medir el tiempo que nuestro satélite tarda en cruzar la zona de Umbra y estimar así la relación del radio de esta sombra con respecto al radio de la Luna y, con un poco de trigonometría básica, llegar a la relación que conecta el tamaño de la Tierra con el del Sol y el de la Luna y las distancias de la Tierra-Sol y Tierra-Luna. 

 

Así, combinando observaciones de eclipses, mediciones angulares y una medida de tiempo dedujo:

  • Que la Luna estaba a unas 60 veces el radio de la Tierra (valor real: ~60,3 radios terrestres).
  • Que el diámetro de la Luna era aproximadamente un tercio del de la Tierra (el valor real es ~0,27 veces). No está nada mal.
  • Que el Sol debía ser unas siete veces mayor en diámetro que la Tierra (en realidad es 109 veces mayor, pero aquí la imprecisión viene de su ángulo de 87°).
  • Y sobre todo, que el Sol, al ser tan inmenso, probablemente debería ser el centro del sistema formado por los tres astros.

Es decir, lo importante no es si acertó, sino que tuvo la idea correcta y las herramientas mentales para alcanzarla.

Para completar sus cálculos con datos concretos y no solo relativos, a Aristarco le hubiera hecho falta conocer, por ejemplo, el tamaño de la Tierra. Con ese dato habría podido calcular las distancias entre los tres astros y el tamaño del Sol y la Luna; pero Eratóstenes, unos 35 años más joven que Aristarco, todavía no había hecho el cálculo que relatamos en el artículo anterior.

¿Y si no somos el centro?

Aquí llega la genialidad: Aristarco no se conformó con calcular distancias y tamaños relativos. Se atrevió a decir que el modelo tradicional, con la Tierra inmóvil en el centro del universo, no encajaba con lo que estaba descubriendo. Si el Sol es más grande y está tan lejos, ¿no tiene más sentido que la Tierra gire a su alrededor?

Aristarco, compás en mano, dispuesto a medirse
con Apolo… sin más ayuda que Euclides.

Y así lo propuso en, tal vez, el primer modelo heliocéntrico. En él, la Tierra gira sobre sí misma y da vueltas al Sol. Su modelo no se conserva, pero sabemos de él gracias a Arquímedes, que lo cita en su obra El Arenario.

Fue el primer griego (que sepamos) que osó decirlo… y el último durante casi dos mil años. No es que lo refutaran: simplemente lo ignoraron. Aristóteles y Ptolomeo seguirían dominando el pensamiento durante siglos, con sus esferas celestes y su cosmos geocéntrico bien ordenado. La intuición de Aristarco quedó relegada a los márgenes de la historia de la Ciencia.

Pero renació: en el siglo XVI Copérnico la rescató, y aunque no la copió tal cual, sí que conocía el antecedente de Aristarco. Esa semilla antigua germinó y cambió el mundo.

Epílogo: medir el cielo con geometría y valor

Hoy sabemos que la Luna está a unos 384.000 km, y el Sol a casi 150 millones. Pero fue Aristarco quien, armado de una regla y un compás, se atrevió a medir distancias astronómicas cuando la Ciencia aún estaba en pañales.

La próxima vez que veas la Luna a medio iluminar, recuerda: ahí, justo en ese ángulo, empezó una revolución. No con telescopios, ni con matemáticas avanzadas, sino solo con ojos atentos, algo de sombra y... la pasión por saber.


lunes, 21 de octubre de 2024

Sesión de Observación Astronómica para la Semana Cultural de Cózar 2024

La noche del viernes 16 al sábado 17 de Agosto de 2024 disfrutamos de la segunda observación astronómica que el Club Ojos de Gata tuvo el placer de ofrecer a toda la gente de Cózar con motivo de la Semana Cultural 2024.

Tal y como ocurrió el año pasado, también tuvimos que mover la fecha inicial debido, en este caso, a la coincidencia con otros actos del programa cultural de la Semana. Hubiéramos preferido hacerlo la noche del 12 de Agosto, con luna media y además con la posibilidad de contemplar las Perseidas, pero hay que adaptarse a lo posible. Lo importante, creemos, es dar a probar la pasión por el conocimiento de nuestro Universo, y eso se puede hacer en cualquier momento (menos cuando hay nubes :-) )

También tuvimos unos problemillas logísticos al principio de la sesión, ya que hubo varias personas que no encontraron a la primera el lugar de la observación, que no estaba del todo correctamente indicado en el programa. Pero al final todos pudieron observar por nuestro telescopio las atracciones que ofrecía el cielo esa noche. Y cuando decimos todos, es un TODOS con mayúsculas, porque acudieron muchas personas a la sesión, muchas más de las que esperábamos. Así que damos las gracias desde aquí a todos los asistentes por su paciencia y colaboración, guardando turno pacientemente para tener unos segundos de acceso a nuestro Universo, y prometemos aprender para organizar mejores sesiones en el futuro.

Comenzamos con una introducción de nuestra presidenta Iria en la que explicó el porqué de nuestro nombre "Ojos de Gata" y luego repasamos las constelaciones y estrellas más importantes que podían apreciarse a simple vista. Finalmente nos dirigimos a nuestro Celestron Schmidt-Cassegrain StarSense Explorer DX6 para observar la Luna y Saturno.

Fotografía de móvil a través de ocular

En el caso de la Luna hubo que utilizar un polarizador (las gafas de sol de un telescopio, para entendernos), ya que el brillo de nuestro satélite era demasiado grande para la observación directa. Como ya sabéis, siempre recomendamos la observación de la Luna desde Luna Nueva a Cuarto Creciente, y desde Cuarto Menguante a Luna Nueva, evitando los días próximos a Luna Llena, porque se obtiene mejor visión y mucho más contraste. Añadimos una fotografía de la Luna obtenida por Iñaki aplicando su teléfono móvil al ocular del telescopio en la que se pueden apreciar bastante bien algunos cráteres en la zona del terminador.

Imagen de Stellarium

A continuación observamos Saturno con diversos oculares de menor a mayor aumento. Lamentablemente la posición de los anillos con respecto a la Tierra hizo menos espectacular la visión de este planeta que el año pasado, además el brillo de la Luna impidió apreciar fácilmente alguno de sus satélites; aun así todos aquellos que pudieron apreciar con sus ojos algún detalle del segundo gigante de nuestro Sistema Solar no lo olvidarán con facilidad. En la imagen creada con Stellarium, se puede apreciar aproximadamente el resultado de la observación. 

Mizar y Alcor en el centro de la imagen

La gran cantidad de asistentes provocó que no tuviéramos tiempo de intentar la observación de la Galaxia de Andrómeda como era nuestro propósito inicial, pero como bonus para los más entusiastas enfocamos el telescopio a Mizar, la estrella central del "mango del cazo" de la Osa Mayor, para apreciar  a su compañera Alcor, separada de Mizar por menos de 12 minutos de arco. Ambas estrellas están físicamente a unos 3 meses luz la una de la otra, y aunque parece que se mueven juntas no está claro que formen un auténtico sistema binario. Podéis ver a continuación algunas fotografías tomadas por Xandra.


Casiopea

Osa Mayor y Osa Menor (a la derecha la estrella Polar)

El vicepresidente del Club y su espada láser (puntero astronómico)


lunes, 23 de octubre de 2023

Eclipse Parcial de Luna el 28 de Octubre

Durante la noche del 28 de octubre de 2023 será posible observar desde toda la Península Ibérica un eclipse parcial de Luna.

Se llama Eclipse de Luna al fenómeno astronómico durante el cual la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna impidiendo así que la luz de nuestra estrella llegue a nuestro satélite. La Tierra genera un "cono de sombra" que oscurece la Luna. 

Los eclipses de Luna pueden verse desde cualquier parte de la Tierra en la que sea de noche y duran varias horas. Además, a diferencia de los solares, no necesitan ningún tipo de precaución para ser observados, ya que la luz que llegará a nuestros ojos es menor que la que llega de la contemplación de una Luna llena.

Podemos distinguir tres tipos de eclipse lunar dependiendo de donde se sitúe la Luna con respecto a la sombra que proyecta la Tierra. Dicha sombra se puede dividir en dos zonas: Umbra (del latín Umbra, literalmente Sombra), donde no llega la luz solar directa, y Penumbra (del latín Paene, casi y Umbra) donde la luz es bloqueada parcialmente como se ve claramente en el gráfico del Instituto Geográfico Nacional.


El eclipse es total cuando el "cono de sombra" intercepta completamente a la Luna. Ésta no desaparece completamente, sino que se puede ver con un color rojizo; esto es debido a que, aunque la Tierra proyecte su sombra sobre la Luna, parte de la luz solar es refractada por nuestra atmósfera y es capaz de llegar a la Luna. Si la Tierra no tuviera atmósfera, la Luna quedaría totalmente oscurecida, pero tampoco estaríamos aquí para observarlo.

Si solo parte de la Luna está en Umbra, mientras que la otra parte está en Penumbra, estamos ante un eclipse parcial, como el que podrá verse en unos días, en el que solo parte de la superficie lunar se ve oscurecida.

Finalmente, si toda la Luna está en Penumbra, el eclipse será penumbral y solo se podrá apreciar un leve oscurecimiento de su superficie.

Es también muy interesante comprender cuándo pueden producirse los eclipses lunares y por qué no se dan cada vez que Sol, Tierra y Luna están "alineados", cosa que ocurre cada mes "lunar":

Ocurre que el plano por el que orbita la Luna alrededor de la Tierra está inclinado 5º con respecto al plano por el que la Tierra orbita alrededor del Sol. Ambos planos se cortan en una recta que tiene dos puntos importantes llamados "Nodos", que están donde dicha recta coincide con la órbita lunar.

Pues bien, puesto que los eclipses requieren un alineamiento casi perfecto, el eclipse lunar se dará solo cuando la Tierra esté entre el Sol y la Luna y, además, la Luna se encuentre en uno de los Nodos. Igualmente, un eclipse Solar solo se producirá con la Luna en el Nodo opuesto.


Como curiosidad adicional comentaremos que los antiguos astrónomos veían en los eclipses lunares una manera muy cómoda para convencerse de la forma esférica de la Tierra. Se dice que hasta Magallanes usó este argumento para evitar un motín en la primera circunnavegación de la historia.

Dibujo de un antiguo libro de Astronomía que explica como determinar la forma de la Tierra por su sombra en la Luna

Para concluir os dejamos el detalle del horario en el que observar el próximo Eclipse Lunar Parcial desde Cózar.

lunes, 9 de octubre de 2023

El Sistema Solar es... graaaaaande! (Primera Parte)

Seguramente estamos muy acostumbrados/as a ver en los libros de Astronomía o Geografía dibujos que nos muestran mapas del Sistema Solar, en los que aparece el Sol, los Planetas, los asteroides, y algún planeta enano, como en este gráfico:

Gráfico del Sistema Solar
En la mayoría de ellos habrá una anotación que nos advierte de que ni el tamaño de los astros ni sus distancias aparentes al Sol están reflejadas a escala sino que, en realidad, los planetas son mucho más pequeños que en el dibujo y están situados mucho más lejos de nuestra estrella.

Globo de 2 metros
Pero... cómo podríamos representar un Sistema Solar a escala para hacernos una idea auténtica de los tamaños de sus componentes y las distancias que los separan? Bien, hay una manera muy visual, aunque tengamos que imaginarla un poquito, y usaremos nuestro pueblo y sus alrededores para explicarla. Vayamos a la Plaza de Cózar y pongamos en su centro un globo de 2 metros de diámetro como el que aparece en esta fotografía que representará nuestro Sol, y que puede encargarse si alguien se anima a recrear este experimento. Esto significa que vamos a construir un modelo del Sistema Solar a escala 1:696.000.000, es decir que cada metro representa en realidad 696.000 kilómetros.

Canica de 18 milímetros
Comenzamos a alejarnos de nuestro Sol y a 83 metros, más o menos en la esquina de la Calle Mayor con la Bajada del Pilar podríamos encontrar una pequeña bolita de 7 milímetros de diámetro: Mercurio. A 155 metros del Sol, en el parque de la Biblioteca, hay una canica amarillenta de tamaño normal, 17 milímetros, que representa Venus. Seguimos caminando hasta el puente que, en La Poza, cruza nuestro arroyo a 215 metros del Sol y encontramos otra canica azulada, algo mayor, de 18 milímetros, que representa nuestra Tierra. Si nos fijamos muy bien veremos otra bolita grisácea, de medio centímetro de diámetro, situada a algo más de medio metro de la canica azul, se trata de nuestra Luna.

A estas alturas ya nos empezamos a dar cuenta de cómo es en realidad nuestro Sistema Solar: nuestro planeta es una canica a 215 metros de un globo de 2 metros de diámetro. Pero sigamos ahora andando por la misma calle y llegamos al punto donde comienza el llamado "Camino del Zumacal", a 327 metros del Sol, veremos otra canica de color rojizo, algo más pequeña, de apenas 1 centímetro de diámetro, hemos llegado a Marte.

Tierra, Luna y Ceres
Si queremos llegar a Ceres y el Cinturón de Asteroides sin salir del pueblo tenemos que cambiar de dirección y dirigirnos al Colegio Municipal; allí, a 595 metros del Sol, podríamos encontrar una mota de polvo de algo más de 1 milímetro que podría representar Ceres, un planeta enano que es el objeto más grande del Cinturón de Asteroides. Si quisieramos recorrer todo el Cinturón trazando un círculo alrededor del Sol caminaríamos durante casi 4 kilómetros y seguiríamos recogiendo minúsculas motas de polvo, si es que llevamos con nosotros un buen microscopio para localizarlas. Alguien con muy buena vista tal vez encontraría a Palas y Vesta, motas de polvo de medio milímetro.

Apenas si hemos alcanzado el límite del llamado Sistema Solar Interior y ya se nos ha acabado el pueblo. En un futuro artículo tendremos que coger la bicicleta, o directamente el coche, para recorrer el Sistema Solar Exterior, si es que queremos llegar al Disco Disperso, descubierto de forma relativamente reciente, y que se encuentra más allá del Cinturón de Kuiper. Hasta entonces os dejamos con estos mapas de nuestro Sistema Solar Interior Cozareño.

Sistema Solar Interior centrado en Cózar, visión de plano.

Sistema Solar Interior centrado en Cózar, visión de satélite.

martes, 5 de septiembre de 2023

Primera Sesión de Observación Astronómica

La noche del 28 al 29 de Agosto de 2023 tuvimos nuestra primera Observación oficial desde la constitución del Club "Ojos de Gata". Inicialmente había sido prevista para la noche del 27 al 28 pero la presencia de nubes en el cielo aconsejaron retrasarla, lo que ocasionó menor asistencia de la inicialmente prevista. Aquí podéis ver el cartel que confeccionó el Ayuntamiento de Cózar para organizar la sesión.

Tras el aplazamiento, y con un cielo estupendo para la observación (si olvidamos que la luna estaba a más del 75%), todos los asistentes pudieron disfrutar del programa de la sesión: Luna, Saturno y Júpiter.

Para la observación utilizamos nuestro flamante telescopio Celestron StarSense Explorer DX Schmidt-Cassegrain de 6 pulgadas (del que hablaremos en un futuro artículo), con oculares de 40, 26 y 10 milímetros y un polarizador lunar Meade para evitar el deslumbramiento al observar una Luna en fase tan avanzada.


Pudimos contemplar con gran detalle (siempre limitados por el enorme brillo lunar) los cráteres lunares cerca del Terminador (límite entre la zona iluminada y la oscura). A continuación disfrutamos de la siempre impresionante vista de la mayor atracción de nuestro Sistema Solar: Saturno y sus anillos. Además pudimos ver Titán y creemos que llegamos a resolver Rea, al menos no parecía haber ninguna estrella en el punto donde pensamos ver a Rea según el mapa del programa Stellarium en ese momento.

Finalmente durante la observación de Júpiter pudimos apreciar claramente diversas bandas de su atmósfera en diferentes colores y tuvimos además la suerte de ver sus cuatro satélites principales, las cuatro lunas de Galileo, descubiertas por el padre de la Física moderna en 1610: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto. Terminando la sesión y observando Júpiter con el ocular de 10 mm hubo quien aseguró haber apreciado la gran Mancha Roja justo en la posición en la que estaba en ese momento. Las dos fotos simulan nuestra observación según el programa Stellarium.

Queremos agradecer a todos los asistentes su gran atención, ayuda y entusiasmo; desde ya son miembros del Club Ojos de Gata, con su Presidenta Iria al frente. Nuestro agradecimiento también al Ayuntamiento de Cózar, en especial a su Alcalde y a su Concejala de Cultura por la organización de la sesión y su apoyo para difundir el amor por la Ciencia y la Astronomía en nuestro pueblo.

Nos despedimos con dos fotografías de la sesión, una del grupo en plena observación de Saturno con Júpiter al fondo y otra de nuestro pueblo, tomada desde el mismo lugar; ambas realizadas por Luis Rico Armero.


El Club Ojos de Gata observando Saturno

Cózar. Se puede apreciar el "Carro", o cola de la Osa Mayor

  

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