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lunes, 28 de octubre de 2024

Gigantes de la Divulgación: Aleksandr Isaakovich Kitaigorodskii

Hoy os queremos presentar a una de las leyendas de la divulgación científica soviética; seguramente mucho menos conocido por el público general, pero extremadamente apreciado por los interesados por la ciencia y por los estudiantes universitarios de Física de todo el mundo: Hoy escribimos sobre Aleksandr Isaakovich Kitaigorodskii.

Aleksandr Kitaigorodskii

Nacido en Moscú en Febrero de 1914, Kitaigorodskii fue un notable físico cristalógrafo soviético cuyo legado se extiende más allá de su investigación científica; su labor como divulgador científico tuvo un impacto significativo en la forma en que la ciencia fue percibida y entendida en la Unión Soviética y en gran parte del mundo. Su enfoque innovador en la cristalografía, junto con su habilidad para comunicar conceptos complejos al público, lo convirtieron en una figura influyente en la comunidad científica. Tras una larga vida dedicada a la Física y, sobre todo, a hacernos entender cuan importante es el amor al conocimiento, falleció en Kolomna en Junio de 1985.

Contribuciones a la Cristalografía

Kitaigorodskii se graduó en la Universidad Estatal de Moscú y dedicó su carrera a investigar la estructura y el empaquetamiento de los cristales. Su trabajo más notable, "The Close-Packing of Molecules in Crystals of Organic Compounds" (1945), se centró en cómo las moléculas se organizan en cristales, proponiendo que las configuraciones de menor simetría permiten un empaquetamiento más eficiente. Este hallazgo fue fundamental para la comprensión de las estructuras cristalinas y sentó las bases para investigaciones posteriores en el campo.

Utilizando un ingenioso dispositivo que él mismo diseñó, llamado "buscador de estructuras", exploró cómo los modelos de diferentes formas podían organizarse para maximizar la densidad de empaquetamiento. Sus teorías, aunque rudimentarias en su época, demostraron ser increíblemente precisas a medida que avanzaba la cristalografía y se descubrían nuevas estructuras.

Labor Divulgativa

Aparte de su trabajo en investigación, Kitaigorodskii fue un ferviente defensor de la divulgación científica. Escribió numerosos artículos y libros destinados a hacer accesible la ciencia a un público más amplio. Algunos de sus libros más destacados incluyen:

  • "La Física en todas las Esferas de la Vida / I am a Physicist": Un texto que explora la intersección entre la ciencia y la vida cotidiana, presentando conceptos científicos de manera comprensible y atractiva.
  • "La Teoría de los Cristales / Order and disorder in the world of atoms": Este libro proporciona una visión general de los principios de la cristalografía, explicando sus aplicaciones y su relevancia en diversas disciplinas.
  • "Ciencia y Humanidad": En este volumen, Kitaigorodskii analiza cómo la ciencia influye en la cultura y viceversa, enfatizando la importancia de la educación científica en la sociedad.
  • "Lo inverosímil no es un hecho": En esta obra, Kitaigorodskii aborda el tema de la ciencia desde una perspectiva crítica, desafiando nociones preconcebidas y promoviendo el pensamiento analítico.
  • "Física para Todos": Coescrito con el físico Lev Landau, esta serie de cuatro volúmenes está diseñada para hacer accesible la física a un público general, ofreciendo explicaciones claras de los conceptos más importantes. Se compone de los libros Cuerpos Físicos (Mecánica), Moléculas (Termodinámica y Física Molecular), Electrones (Electromagnetismo) y Fotones y Núcleos (Física Atómica y Nuclear).

Su habilidad para simplificar conceptos complejos y presentarlos de manera atractiva lo convirtió en un referente en la divulgación científica en la Unión Soviética.

También escribió libros de texto de nivel universitario de amplia utilización, entre ellos tal vez los más conocidos sean:

  • "Introducción a la Física": Un texto fundamental que introduce a los estudiantes a los conceptos básicos de la física, abordando temas esenciales con claridad y profundidad.
  • "Theory of structural analysis": Este libro presenta los principios del análisis estructural de manera teórica y práctica, facilitando la comprensión de cómo los científicos determinan las estructuras moleculares complejas.
  • "Molecular Crystals": La obra profundiza en las propiedades y la estructura de los cristales moleculares, explorando cómo las moléculas se organizan y comportan dentro de estas estructuras.
Muchos de estos libros se pueden encontrar sin dificultad en internet, tanto en versión digital como en papel. Si hay alguien interesado en alguno de ellos y no los encuentra, nos puede contactar y, si lo tenemos, podemos enviárselo por correo electrónico. 

Relación con la Tradición de Divulgación Científica

Kitaigorodskii se inserta en la rica tradición de divulgación científica en la Unión Soviética iniciada por Yakov Perelman. Este último sentó las bases para una nueva era de comunicación científica, enfatizando la necesidad de que el conocimiento científico fuera accesible y comprensible para todos. La labor de Kitaigorodskii, al igual que la de Perelman, se centró en hacer que la ciencia fuera interesante y relevante para la vida cotidiana, fomentando el pensamiento crítico y la curiosidad entre las masas. Ambos compartieron la visión de que la educación científica era fundamental para el progreso social y cultural de la Humanidad.

Impacto y Legado

El Profesor Kitaigorodskii dando clase.
Fotografía de la web de la
 International Union of Cristalography

El impacto de Kitaigorodskii en la comunidad científica y en la divulgación se siente incluso hoy en día. Sus teorías sobre el empaquetamiento molecular han sido fundamentales para el desarrollo de la cristalografía moderna y su legado continúa en la educación científica.

Además, su enfoque hacia la divulgación ayudó a sentar las bases para futuros divulgadores científicos en todo el mundo. La conexión que estableció entre la ciencia y el público general sigue siendo un modelo a seguir para aquellos que buscan promover la comprensión científica.

En definitiva, Aleksandr Isaakovich Kitaigorodskii fue un científico excepcional cuyo trabajo en cristalografía y divulgación dejó una huella indeleble en el campo de la ciencia. Su habilidad para comunicar ideas complejas y su dedicación a hacer la ciencia accesible lo convierten en una figura clave en la historia de la ciencia soviética y mundial. La próxima vez que disfrutemos de un libro o artículo de divulgación científica, podemos recordar a pioneros como Kitaigorodskii, quienes nos ayudaron a apreciar el vasto mundo de la ciencia.

jueves, 18 de abril de 2024

Gigantes de la Divulgación: Carl Sagan

La Ciencia es el procedimiento de búsqueda de la verdad que permite al Cosmos pensar sobre sí mismo. Esta última reflexión no es mía, sino del inmenso astrónomo y divulgador científico Carl Sagan. Porque si la Ciencia es importante, es igualmente fundamental hacerla llegar a toda la Humanidad para que todos podamos maravillarnos y contribuir a la búsqueda continua del Conocimiento.

Por eso hoy dedicamos el segundo artículo sobre grandes divulgadores científicos a uno de los mejores seres humanos, se tome el criterio que se quiera, que jamás hayan existido: Carl Sagan.

Carl Sagan

Nacido el 9 de Noviembre de 1934 en el barrio newyorkino de Brooklyn, hijo de padres judíos, acudió a la universidad de Chicago, donde se licenció en Física en 1955 y obtuvo su doctorado en Astrofísica y Astronomía en 1960. Aquella época fue una de las más propicias para aquellos que amaban la ciencia del Cosmos. Superadas las carestías que la segunda guerra mundial había impuesto en todo el planeta y,  apoyándose en los avances tecnológicos que los ejércitos habían buscado con ahínco en su afán por destruir al adversario, el espacio y su infinita magnitud se mostraron propicios para convertirse en un nuevo campo de batalla, sin duda más pacífico y, sobre todo, más apasionante.

Tras su tesis sobre la atmósfera de Venus, que él definía como un planeta seco y muy cálido debido a su proximidad al sol, participó como científico ayudante en las primeras misiones Mariner de la NASA, las cuales obtendrían información suficiente para confirmar sus hipótesis. A pesar de su empleo como profesor tanto en la universidad de Harvard hasta 1968, como en la de Cornell, continuó apoyando y colaborando en las misiones exploratorias del Sistema Solar. Su entusiasmo y su fascinación por el Universo fue decisiva para lograr que las sondas Pioneer10 y Voyager portaran grabaciones en soporte áureo con información sobre la humanidad, de manera que cualquier ser inteligente que la encontrara, independientemente de dónde se hallara o cuan diferente fuera, pudiera comprender lo que somos y cómo somos.

Sagan en la Universidad de Cornell, 1974

Sus investigaciones se fueron centrando en la astrobiología, intentando comprender la naturaleza de nuestra presencia en el universo y la posibilidad de que la Humanidad no fuera una simple singularidad caprichosa del vasto Cosmos. Comenzó entonces a formular algunas hipótesis sobre la posibilidad de que en las lunas y satélites de Saturno pudiera haber océanos o lagos, haciéndolos potencialmente habitables. Como prolongación de sus investigaciones sobre Venus, estableció un paralelismo entre su atmósfera y los efectos del calentamiento de nuestro planeta debido a la sobreexplotación de las fuentes de energía fósiles que "pueden" convertirlo en un lugar hostil para la vida. Al tiempo no cejaba en su empeño por comprender nuestra soledad cósmica, buscando modos de establecer contacto con otras civilizaciones extraterrestres, promoviendo la creación de radiotelescopios de larga distancia para rastrear comunicaciones que pudieran provenir de seres inteligentes de más allá de nuestro Sistema Solar, implicándose con ello en el Instituto SETI.

Con su amor por la Ciencia y el mundo de la Física a flor de piel, alcanzó la fama mundial en la década de los 80 al presentar para la televisión una serie documental sobre el mundo que nos rodea, visto con la mentalidad científica y racional de la que en muchas ocasiones carecemos. Su serie COSMOS: Un Viaje Personal, estrenada el 28 de septiembre de 1980, fascinó a millones de personas por el modo en que el conocimiento se hacía accesible a través de un medio puesto al alcance de todos, y acercando de un modo fresco y renovado el armazón metodológico con el que hemos levantado nuestro concepto de la existencia humana, libre de supersticiones y prejuicios. 

Sagan, en un capítulo de Cosmos: A Personal Voyage 1980

A través de Cosmos: Un viaje personal, Sagan, nos acercó al recuerdo de viejos conocidos, como Kepler, Copérnico, Einstein... ¿Quién podría olvidar su explicación sobre la relatividad con un muchacho montado en una Vespa que cambiaba de color según el observador, mientras recorría las tranquilas callejuelas de un pequeño pueblo italiano casi a la velocidad de la luz? ¿quién no sentirá emociones de todo tipo cuando nos mostró la lucha y el valor de mujeres aguerridas como Hipatia o Curie, mujeres de un valor indomable que tuvieron que soportar los desprecios, humillaciones y, en algunos casos, la tortura y la muerte a manos de la superstición y la ignorancia? ¿quién no llorará las tristes horas de la humanidad como la destrucción de la Biblioteca de Alejandría? Todo aquello que nos intentó enseñar puede parecernos hoy antiguo, incluso demasiado antiguo, casi tan lejano como los tiempos de la antigua Grecia, pues ya han pasado varias décadas desde entonces, sin embargo sabemos que el viaje aún durará muchas más antes de que termine, porque nosotros sólo somos una pequeña etapa, apenas un suspiro en el espacio-tiempo de un Cosmos demasiado incomprensible.

Durante los siguientes años compaginó su trabajo como astrofísico con la publicación de varios libros, algunos más novelados que otros, exponiendo la Ciencia a una sociedad cada vez menos preocupada por comprender el mundo en el que vive, y en una época en la que la rutinaria monotonía de los viajes espaciales dejó de atraer la atención sobre la inmensidad de estrellas que sostienen la bóveda celeste durante las noches de oscuridad. Nunca dejó de exponer sus opiniones de la manera más razonada y respetuosa posible sobre todo lo concerniente a la Ciencia y su lugar en la sociedad humana: calentamiento global, religión, recursos energéticos, economía, desarrollo humano, política... ganándose con ello pocos amigos entre los individuos irracionales de nuestra especie, pero legión de admiradores entre los amantes de la búsqueda del conocimiento y la armonía entre los seres humanos.

Sagan, en una de sus últimas conferencias 1994

El 20 de diciembre de 1996 y tras una larga y dura lucha contra una variante de la leucemia, Sagan moría a la edad de 62 años en la ciudad de Seattle. Como ocurre con todos aquellos hombres o mujeres que se han dejado arrastrar por la pasión y su irrefrenable amor por la Ciencia, sus opiniones causaron malestar entre la comunidad científica, al considerar su forma de actuar y de comunicarse con el gran público como poco seria. Pero en el corazón de aquel niño que creció leyendo tebeos en los que la vida en los planetas del Sistema Solar no sólo era una posibilidad, sino una maravillosa certeza, germinó el entusiasmo por comprender el Universo de un modo lógico y ordenado. Ese Cosmos opuesto al Caos que loaron los griegos antiguos, le hizo creer que tal vez, sólo tal vez, en algún remoto lugar de la más remota de las galaxias, alimentada por el calor de una estrella poderosa y fuerte, habría sobre la superficie de algún planeta una especie lo suficientemente inteligente como para comprender el mundo que la rodeaba, comprenderse a sí misma y llegar a pensar que quizás, en algún otro lugar similar a aquél, habría un diminuto astro de color azul al que llamarían Tierra.

Para terminar no podemos resistirnos a copiar íntegro uno de sus textos más importantes en referencia a una fotografía mítica: Pale Blue Dot.

Así se llama la fotografía de la Tierra tomada el 14 de febrero de 1990 por la sonda Voyager 1 desde una distancia de 6,000 millones de Kilómetros. En ella la Tierra se ve como una mota de luz casi invisible por el brillo del Sol, y fue tomada por iniciativa de Carl Sagan como última fotografía del Voyager antes de apagar sus cámaras. La reflexión de Carl sobre dicha fotografía es simplemente sobrecogedora:

Pale Blue Dot 1990

Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. En él, todos los que amas, todos los que conoces, todos de los que alguna vez escuchaste, cada ser humano que ha existido, vivió su vida. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, niño esperanzado, inventor y explorador, cada maestro de la moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie, vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.

La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que en su gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas, nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo... es desafiada por este punto de luz pálida.

Nuestro planeta es una solitaria mancha en la gran y envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Asentarnos, aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una formadora de humildad y carácter. Quizás no hay mejor demostración de la soberbia humana que esta imagen distante de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos más amablemente los unos a los otros y de preservar y apreciar el pálido punto azul, el único hogar que hemos conocido.

Si no has podido encontrar nuestro planeta en la foto del Voyager 1, a la izquierda tienes una pista.

Y para despedirnos os recomendemos muy sinceramente visionar la serie original Cosmos: Un Viaje Personal, así como sus secuelas protagonizadas por el discípulo y continuador de Sagan, Neil deGrass Tyson (a quien ya dedicaremos su propio artículo): Cosmos: Una Odisea en el Espacio-Tiempo y Cosmos: Mundos Posibles. Así como cualquiera de los libros de Sagan: El Cerebro de Broca, Cosmos, Sombras de Antepasados Olvidados, Un punto azul pálido, El Mundo y sus Demonios: la Ciencia como una luz en la oscuridad o cualquier otro que caiga en vuestras manos.

lunes, 6 de noviembre de 2023

El Sistema Solar es... graaaaaande! (Segunda Parte) y alguna cosa más.

Retomemos el viaje que iniciamos en un artículo anterior para recorrer nuestro Sistema Solar en un modelo a escala que, recordemos, situaba al Sol como una esfera de 2 metros de diámetro en la plaza de Cózar. Habíamos llegado al Cinturón de Asteroides y es hora de alejarnos hasta el más grande de los planetas, algunas veces denominado como una estrella fallida, su majestad celestial Júpiter, al que encontraremos en el camino del Cementerio, a 1 Kilómetro y 120 metros del Sol, representado por una pelota de 20 centímetros de diámetro, como esas pequeñas pelotas de gomaespuma con las que juegan niñas y niños pequeños.

Comparativa Júpiter, Tierra-Luna, Io.
Pero miremos con atención en los alrededores de la pelota y veremos cantidad de pequeñas, pequeñísimas bolitas. Cuatro de ellas podrían llamar nuestra atención, son las lunas de Galileo, los cuatro satélites principales de Júpiter observados por primera vez por el padre de la Física Moderna. Son Io, una bolita de 5,2 milímetros de diámetro a 60 centímetros de Júpiter; Europa, de 4,5 milímetros, más pequeña que nuestra Luna, a casi 1 metro de la pelota de goma; Ganímedes, de 8 milímetros, a metro y medio del Planeta Rey, siendo así el mayor de todos los satélites del Sistema Solar; y Calisto, de 7 milímetros a 2 metros y 70 centímetros de nuestro Júpiter de goma.

Es hora de dirigirnos al planeta favorito de la observación astronómica, Saturno y sus anillos. Para encontrarlo tendremos que tomar el Camino de la Casa del Monte y a 2 Kilómetros del Sol, al poco de pasar la curva a la izquierda de este camino marcada por una vieja señal, encontraremos una pelota de 16,7 centímetros de diámetro. Es una pelota algo especial porque la rodean tres aritos a unos 3, 5 y 9 centímetros de su superficie. Además, a metro y 75 centímetros del centro de Saturno veremos otra bolita, de 7,4 milímetros de diámetro, Titán, el segundo mayor satélite del Sistema Solar.
Saturno fotografiado por Cassini-Huygens


Dejamos atrás las dos mayores atracciones de nuestro hogar en la Vía Láctea y toca ahora armarse de paciencia para alcanzar los dos otros gigantes del Sistema. Localizamos a Urano a 4 Kilómetros y 130 metros del Sol, justo en el cruce entre las carreteras de Torrenueva y Valdepeñas, representado por una pelota de 7,3 centímetros, algo mayor que una pelota de tenis. Finalmente llegaremos a Neptuno si nos alejamos a 6 Kilómetros y 470 metros del Sol, por ejemplo en las ruinas de Xamila, ya en Infantes, y lo reconoceremos como otra pelota de tenis algo sobredimensionada de 7 centímetros de diámetro. A medio metro de Neptuno repararemos en una bolita de 4 milímetros de diámetro, es Tritón, su satélite principal.

A continuación podemos ver la representación en Google Maps del Sistema Solar Exterior Cozareño:

Sistema Solar centrado en Cózar.

Ah, pero, ¿todavía queréis ir más lejos? Recordad que nuestro modelo se ha originado tomando como referencia el Sol, transformado en una gran esfera de 2 metros de diámetro, lo que indica que estamos usando la escala 1:696.000.000, en la que 1 metro representa 696,000 Kilómetros, y con esta gigantesca escala para llegar a Neptuno estamos ya a las puertas de Villanueva de los Infantes. 

¿Dónde podríamos encontrar a Plutón, el planeta enano que domina la región llamada Cinturón de Kuiper? Tendríamos que alejarnos a 8,4 kilómetros del Sol, más o menos en el centro de Torre de Juan Abad. Y para alcanzar Eris, el mayor planeta enano descubierto hasta ahora en el Disco Disperso, nos alejaremos a 14,6 Kilómetros, como al extremo sur de Villamanrique. En el propio Disco quedarían incluidas Almedina, Santa Cruz de los Cáñamos, Puebla del Príncipe, Montiel, Villahermosa, parte de Infantes (la otra parte en el Cinturón de Kuiper), parte de Carrizosa, Alcubillas, Pozo de la Serna, el embalse de La Cabezuela y la mismísima Cabeza del Buey, rozando Castellar de Santiago, prácticamente la comarca entera del Campo de Montiel. Veámoslo en el mapa:

Cinturón de Kuiper y Disco Disperso con centro en Cózar.

Hemos llegado a los límites convencionales del Sistema Solar pero no nos queremos despedir sin algunos otros datos interesantes que nos ayuden a imaginar la inmensidad del Cosmos.

Si en nuestro modelo quisiéramos representar Alpha Centauri, la estrella (en realidad una estrella triple) más cercana a nuestro Sol y situada a 4,4 años luz (más de 41 billones de kilómetros) tendríamos que hacerlo a casi 60.000 kilómetros de Cózar. Puesto que no hay nada sobre la superficie de la Tierra a tanta distancia, para situar nuestra esfera, en este caso de 2,5 metros de diámetro que representara a Alpha Centauri, nos tendríamos que subir a una nave espacial que nos llevara al límite convencional de la magnetosfera, campo magnético que rodea la Tierra y la protege de partículas cargadas procedentes del Sol.

Andrómeda, un billón de bolitas :)
¿Y si queremos llegar al centro de nuestra galaxia en nuestro modelo? Dicho centro se situa a unos 25.000 años luz, por lo que en nuestro modelo tendríamos que viajar a 337 millones de kilómetros, es decir más allá del Cinturón de Asteroides. 

Tomemos aire para recapacitar, situando el Sol en el centro de nuestro pueblo, representado por una pelota de 2 metros, para representar el centro de la Via Lactea tendríamos que viajar más allá de Ceres, acercándonos a la órbita de Júpiter.

Y para acabar de reventar nuestra capacidad de imaginar, ¿dónde tendríamos que situar, en nuestro modelo, nuestra galaxia hermana Andrómeda, que en realidad está a 2 millones y medio de años luz? Nada más fácil, vayamos a 35 mil millones de kilómetros de la Tierra, es decir acerquémonos a la Alpha Centauri real, cosa que ninguna nave ha hecho jamás ni de lejos, y coloquemos allí un billón de globos. Si has llegado hasta aquí recuerda que, a escala cósmica, apenas hemos dado un solo paso. 

lunes, 9 de octubre de 2023

El Sistema Solar es... graaaaaande! (Primera Parte)

Seguramente estamos muy acostumbrados/as a ver en los libros de Astronomía o Geografía dibujos que nos muestran mapas del Sistema Solar, en los que aparece el Sol, los Planetas, los asteroides, y algún planeta enano, como en este gráfico:

Gráfico del Sistema Solar
En la mayoría de ellos habrá una anotación que nos advierte de que ni el tamaño de los astros ni sus distancias aparentes al Sol están reflejadas a escala sino que, en realidad, los planetas son mucho más pequeños que en el dibujo y están situados mucho más lejos de nuestra estrella.

Globo de 2 metros
Pero... cómo podríamos representar un Sistema Solar a escala para hacernos una idea auténtica de los tamaños de sus componentes y las distancias que los separan? Bien, hay una manera muy visual, aunque tengamos que imaginarla un poquito, y usaremos nuestro pueblo y sus alrededores para explicarla. Vayamos a la Plaza de Cózar y pongamos en su centro un globo de 2 metros de diámetro como el que aparece en esta fotografía que representará nuestro Sol, y que puede encargarse si alguien se anima a recrear este experimento. Esto significa que vamos a construir un modelo del Sistema Solar a escala 1:696.000.000, es decir que cada metro representa en realidad 696.000 kilómetros.

Canica de 18 milímetros
Comenzamos a alejarnos de nuestro Sol y a 83 metros, más o menos en la esquina de la Calle Mayor con la Bajada del Pilar podríamos encontrar una pequeña bolita de 7 milímetros de diámetro: Mercurio. A 155 metros del Sol, en el parque de la Biblioteca, hay una canica amarillenta de tamaño normal, 17 milímetros, que representa Venus. Seguimos caminando hasta el puente que, en La Poza, cruza nuestro arroyo a 215 metros del Sol y encontramos otra canica azulada, algo mayor, de 18 milímetros, que representa nuestra Tierra. Si nos fijamos muy bien veremos otra bolita grisácea, de medio centímetro de diámetro, situada a algo más de medio metro de la canica azul, se trata de nuestra Luna.

A estas alturas ya nos empezamos a dar cuenta de cómo es en realidad nuestro Sistema Solar: nuestro planeta es una canica a 215 metros de un globo de 2 metros de diámetro. Pero sigamos ahora andando por la misma calle y llegamos al punto donde comienza el llamado "Camino del Zumacal", a 327 metros del Sol, veremos otra canica de color rojizo, algo más pequeña, de apenas 1 centímetro de diámetro, hemos llegado a Marte.

Tierra, Luna y Ceres
Si queremos llegar a Ceres y el Cinturón de Asteroides sin salir del pueblo tenemos que cambiar de dirección y dirigirnos al Colegio Municipal; allí, a 595 metros del Sol, podríamos encontrar una mota de polvo de algo más de 1 milímetro que podría representar Ceres, un planeta enano que es el objeto más grande del Cinturón de Asteroides. Si quisieramos recorrer todo el Cinturón trazando un círculo alrededor del Sol caminaríamos durante casi 4 kilómetros y seguiríamos recogiendo minúsculas motas de polvo, si es que llevamos con nosotros un buen microscopio para localizarlas. Alguien con muy buena vista tal vez encontraría a Palas y Vesta, motas de polvo de medio milímetro.

Apenas si hemos alcanzado el límite del llamado Sistema Solar Interior y ya se nos ha acabado el pueblo. En un futuro artículo tendremos que coger la bicicleta, o directamente el coche, para recorrer el Sistema Solar Exterior, si es que queremos llegar al Disco Disperso, descubierto de forma relativamente reciente, y que se encuentra más allá del Cinturón de Kuiper. Hasta entonces os dejamos con estos mapas de nuestro Sistema Solar Interior Cozareño.

Sistema Solar Interior centrado en Cózar, visión de plano.

Sistema Solar Interior centrado en Cózar, visión de satélite.

lunes, 2 de octubre de 2023

Yakov Perelman, el gran Divulgador Científico

Hoy queremos presentaros a un gran divulgador científico de principios del siglo XX, cuyos libros y estilo han servido de inspiración y guía a cientos de otros amantes de la Ciencia durante ya un siglo. Tal vez haya muy pocas personas que lo conozcan hoy día, pero os aseguramos que los que lo conocen, lo consideran a la altura de Carl Sagan, Isaac Asimov o cualquiera de los actuales grandes divulgadores y divulgadoras de Internet, y atesoran sus libros como auténtico oro del conocimiento más didáctico y entretenido. Os presentamos al "Trobador de la Ciencia" Yakov Perelman.

Yakov Isidorovich Perelman nació el 4 de diciembre de 1882 (22 de noviembre por el calendario viejo) en la ciudad de Bialystok, provincia de Grodno, por aquel entonces parte del Imperio Ruso.

Yakov Perelman
Su padre trabajaba como contable en una empresa textil y su madre era profesora de primaria. Su hermano Osip Isidorovich fue un prosista y dramaturgo que escribió en ruso y yiddish (usaba el seudónimo Osip Dimov). Su padre murió en 1883, y la madre tuvo que criar sola a sus hijos, haciendo lo posible para que recibieran la mejor educación posible. En 1895 Yakov entró en la escuela real de Bialystok, una academia de artes y oficios y única escuela de educación media de la ciudad. Perelman siempre reconoció haber tenido la suerte de encontrar allí magníficos profesores.

En 1899 publica su primer artículo en el periódico provincial de Grodno: "Con motivo de la lluvia de fuego que esperamos", para intentar tranquilizar a la población sobre las consecuencias que tendría la lluvia de las Leónidas (conocidas popularmente como lágrimas de San Lorenzo) que según los magos y oráculos de la época causarían el fin del mundo. Tras el éxito de su artículo, Yakov entiende lo necesario de la divulgación científica para todos, y ya no abandonaría esta senda durante toda su vida.

Aun así, debe continuar sus estudios y en 1901 ingresa en el Instituto Forestal de San Petersburgo donde, de inmediato, empieza a colaborar con la revista Naturaleza y Pueblo en la que publica su primer ensayo Un siglo de Asteroides. En 1909 obtiene el título de Silvicultor de Primer Grado, aunque nunca se dedicó profesionalmente a los estudios forestales y continuó su trabajo en la revista como autor y editor. De esta época data su amistad con K. E. Tsiolkovski, el gran astrónomo y astrofísico soviético.

Revista Naturaleza y Pueblo
En 1913 Yakov publica su primer libro: Física Recreativa I, un auténtico éxito en la época y que hoy día sigue maravillando a quienes lo leen. Hace más de 100 años de su publicación y no ha quedado en absoluto anticuado, dado lo cuidado de su redacción, sus acertados problemas y que trata de temas físicos ya cerrados a principios de siglo XX. Tras la publicación de este libro, el profesor de Física de la Universidad de San Petersburgo, Opest Danilovich Xvolson, pide a Perelman que dedique su vida a la publicación de libros científicos y abandone cualquier otra labor.

En 1914 publica un capítulo adicional a la novela de Julio Verne, De la Tierra a la Luna, que fue su primer trabajo de ciencia ficción. Este artículo fue titulado El desayuno en una cocina ingrávida y pronto fue incorporado a la segunda parte de Física Recreativa que estaba en preparación en aquel momento.

En 1915 se casa con la joven doctora Anna Davidovna Kaminskaya. Entre 1916 y 1917, fue uno de los participantes en la ciudad de Petrogrado de una reunión especial que propuso el adelanto en una hora de las zonas horarias soviéticas con el fin de ahorrar combustible. La recomendación que surgió de esta conferencia fue aplicada por el gobierno en los años 20. Durante este período fue publicada la segunda parte del libro Física Recreativa que se concibió en forma independiente de la anterior, pudiéndose leer en cualquier orden ambos libros.

Física Recreativa 1, Editorial Mir
Tras el triunfo de la revolución bolchevique, en 1918 Perelman pasa a trabajar como inspector del Comisariato Nacional de Educación de la Rusia Soviética, ocupándose de la elaboración de los nuevos cursos de física, matemáticas y astronomía de diversos niveles educativos. En 1919 crea la nueva revista científica "En el taller de la Naturaleza" de enorme éxito y que se publicó hasta 1929.

En 1924 participó en la Sección de Comunicaciones Interplanetarias de la Unión Soviética, cuyos miembros fueron el revolucionario ruso Feliks Dzerzhinski, Konstantin Tsiolkovsky, Vladimir Petrovich Vetchinkin, Friedrich Arturovich Zander y Nikolai Alexsevitch Rynin, entre otros. Hasta 1929 trabajó en el Departamento de Ciencia de la Red Oficial de Leningrado y fue miembro del consejo editorial de las revistas Ciencia y Tecnología y Enseñar a pensar. Entre los años 1925 y 1932, también formó parte del consejo editorial de la cooperativa Vremya (Tiempo) y organizó la producción masiva de libros de su serie recreativa. En 1931 empieza a trabajar en otra de sus pasiones, la cosmonáutica, interviniendo en los primeros proyectos para los cohetes soviéticos. Su primer viaje al exterior ocurrió en 1935 cuando viajó a Bruselas para asistir al Congreso Internacional de Matemáticas.

Yakov Perelman divulgando Ciencia
A su regreso abre en Leningrado una escuela museo: La Casa de las Ciencias Recreativas, la culminación de su esfuerzo por la divulgación científica. La exposición fue diseñada bajo estrictos criterios científicos y de acuerdo a los programa escolares. En 1939 tenía más de 350 elementos museísticos grandes y mil más pequeños: mapas, diagramas, dibujos, instrumentos, juegos, paneles informativos... Los visitantes eran invitados a tocar todo lo que había en la casa y participar en los experimentos dirigidos por los guías. Los técnicos de mantenimiento siempre se quejaban a Perelman, quien contestaba:  "Es estupendo que se rompan las cosas, significa que el interés no desparece. Si dejan de romperse  es que no les impresiona. Ánimo, construid elementos más resistentes".

La Casa de las Ciencias Recreativas estuvo abierta hata el 29 de Junio de 1941 cuando los nazis se aproximabana a Leningrado. Los instrumentos y exposiciones más valiosas fueron evacuadas, pero Yakov y Anna se negaron a abandonar la ciudad ante la amenaza de los nazis. Perelman trabaja como profesor y conferenciante para los soldados del Frente de Leningrado y los marinos de la Flota del Báltico, instruyéndoles acerca de orientación sobre el terreno sin dispositivos ni aparatos y Anna trabajó como médico en el Hospital de la calle Pavlova.

Lamentablemente su labor en la resistencia contra los nazis no duraría mucho tiempo. Anna moría en el sitio de Leningrado en enero de 1942 a causa de la falta de alimentos, y Yakov apenas la sobreviviría hasta el 16 de marzo, cuando falleció también a causa del hambre provocada por el cerco alemán sobre la ciudad.

Astronomía Recreativa, 2011
Se calcula que hasta la llegada de los nazis a Leningrado Perelman había escrito más de 100 artículos, 47 reportajes científicos, 40 libros de divulgación y 18 libros de texto. Entre ellos muchos que hoy siguen siendo perfectamente válidos y apreciados por los amantes de la ciencia de todo el mundo, como los famosos "Física Recreativa I y II", "Astronomía Recreativa", "Álgebra Recreativa", "Matemáticas Recreativas", "Problemas y Experimentos Recreativos", "Mecánica para todos" etc. Sólo en idioma ruso del libro "Física Recreativa" se han publicado más de 30 ediciones.

Aunque sin duda se perdió demasiado pronto la vida de quien, para muchos, ha sido el mejor divulgador científico de todos los tiempos, al menos nos quedan sus libros, de los que se calculan unas 400 ediciones con más de 25 millones de ejemplares vendidos en ruso, español, alemán, francés, inglés, italiano, checo, portugués, búlgaro, finlandés, hindi y otros muchos idiomas. Su estilo embriagador, retador y lleno de sorpresas seguirá generando interés por el conocimiento y la cienca por muchos años. 

Desde este blog presentaremos y comentaremos algunas de sus obras, os contaremos como obtenerlas, bien de forma electrónica o en papel y os invitaremos a leerlas y disfrutarlas. Y no nos resistiremos tampoco a copiar directamente algunos de los artículos del gran Yakov Perelman, quien ha sido una de las mayores influencias científicas, si no la más grande, que haya inspirado a este Club.

lunes, 18 de septiembre de 2023

Cómo aprender Astronomía

Es una excelente pregunta que merece mejores respuestas que las que normalmente recibe una persona interesada pero con poca o ninguna experiencia, y es muy fácil perderse entre mares de información y lenguaje que pretende sonar muy "profesional". 

Yo empezaría por aclarar ¿Qué queremos decir exactamente cuando decidimos que queremos aprender Astronomía? ¿Nos referimos a la pura contemplación estética del cielo nocturno, o queremos entender qué estamos viendo? ¿Queremos limitarnos a la explicación de los hechos que somos capaces de ver a simple vista o con la ayuda de un telescopio o prismáticos (que no es poco) o queremos ir más allá y, al menos, saborear un poco de la Física que hay por debajo?

En resumen, ¿queremos aprender algo de Astronomía o algo de Astrofísica? Yo respondería: un poco de las dos. Al fin y al cabo ambas son muy parecidas o básicamente lo mismo. Por Astronomía solemos referirnos a la "medida" de los astros, es decir a la obtención de datos, bien sea para alguien que contempla el cielo a simple vista o para el más avanzado de los radiotelescopios (por ejemplo, "medir" la luz que viene de una estrella), y a la explicación de tales datos (la estrella brilla más o menos por su distancia, tipo, composición...). Y la Astrofísica nos explicará cómo se formó esa estrella, por qué tiene la composición que tiene, como produce "luz", por qué se mueve como se mueve... 

Por tanto, puede ser muy bonito contemplar las fases de la Luna y hasta medir su ciclo en un mes, pero sin entender por qué ocurren esas fases (Astronomía) y por qué la Luna gira alrededor de la Tierra (Astrofísica) nos quedaremos apenas a las puertas de un mundo más gratificante que cualquier fantasía.


Con esto en mente, y sin olvidar que, al final, queremos disfrutar del cielo, éstas serían nuestras recomendaciones generales para iniciarnos en la Astronomía:

  1. Ve a tu Biblioteca. Seguro que hay muchos libros de Astronomía Básica que explicarán los conceptos fundamentales y te ayudarán a obtener un primer entendimiento del Universo, y de lo que nos rodea de manera cercana. Lee, lee y lee; ninguna conferencia, ni curso, ni video de YouTube por fantástico que sea (y los hay, muchísimos) va a sustituir el conocimiento que obtengas leyendo y meditando sobre lo leído.

  2. Aprende a conocer el Cielo a simple vista. Al menos las constelaciones más fáciles, las estrellas más brillantes, que te servirán de guía para situarte. Para ello, otra vez, lee, lee y lee. Cuando sepas lo básico podrás usar cualquier mapa o software de Planetario con mucha mayor soltura.

  3. No tengas prisa para comprar telescopios, puedes empezar con prismáticos. Un telescopio es una cosa bastante seria, hay que conocer realmente para qué sirven, cómo funcionan, cuáles son sus límites, qué tipo será mejor para mí... No hay prisa; siempre habrá telescopios para todos; mejor ir despacio. Si estás ansioso/a por usar aparatos, unos binoculares o unos prismáticos de calidad serán más baratos y suelen dar buenos resultados.

  4. Entiende lo que es un telescopio computerizado. Ahondando en el punto anterior, no tengas prisa. Los telescopios computerizados pueden prometer grandes experiencias, pero suelen proporcionar grandes frustraciones. Paciencia y vuelve al punto 1.

  5. Vuelve a tu Biblioteca. Una vez que tengas las bases sobre Astronomía básica, vuelve a la Biblioteca y busca mapas y libros-guía sobre el cielo que te ayudarán, ahora que entiendes de qué va esto, a contemplar el cielo nocturno en toda su extensión.

  6. Comparte tu afición. Busca amigos y amigas con los que realizar observaciones. Busca clubs en internet, puede haber algunos cerca de tu casa y ya estarás preparado para interaccionar y aprender con ellos.

  7. Si crees que estás listo para un telescopio, toca investigar... mucho. Ten muy claros todos los tipos de telescopios, qué esperar y sobre todo que NO esperar de ellos, prepara tu presupuesto y... si el que crees que es adecuado para ti es demasiado caro, ahorra un poco más. Un telescopio, cualquier telescopio, debe tener, al menos, una gran montura (trípode estable) y la mejor óptica posible. Es preferible no gastar en telescopios de baja gama que son más bien juguetes para ver la luna y que suelen acabar en el trastero, de ahí su nombre entre los aficionados: "trascopios".

  8. Una vez más, a tu Biblioteca. Ahora estás preparado/a para adentrarte en el mundo de la Astrofísica. Las personas que vayan contigo a observar el cielo te harán preguntas interesantes y querrás, al menos, darles un pequeño esbozo de lo que hay detrás. Si tu Biblioteca quedó pequeña, tienes a tu alcance la mayor biblioteca del mundo: Internet.

  9. Pregunta a quien sepa más que tú. Cualquier aficionado o aficionada a la Astronomía estará encantado/a de responder a todas tus preguntas así que no dudes en consultar sobre cualquier tema, pero... ¡cuidado! Igual te dan demasiada información, los amantes de la Ciencia no saben cuando parar :)

  10. Relájate y a divertirse. La Astronomía es un ejercicio de paciencia, mucha paciencia. De muchos pequeños fracasos y algún éxito, pero... cuando veas la expresión de la cara de una persona que por primera vez ve Saturno, entenderás por qué vale la pena.

Esto ha sido una pequeña guía genérica de lo que creemos constituye el estudio aficionado de la Astronomía. En futuros artículos indicaremos recursos concretos que creemos merecen la pena para aprender todo lo posible. 

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